Después de meses de espera ansiosa, finalmente tenemos en nuestras manos vectorace, juego de carreras de coches creado por Espartaco Albertarelli e Davide Ghelfi distribuido por Juegos de Kaleidos cuyo desarrollo hemos seguido desde sus primeros anuncios.
El contenido de la caja
La caja, de forma estrictamente octogonal, presenta una serie de troqueles de cartón rígido con los componentes del juego:
- 20 vectores de movimiento de doble cara (4 conjuntos de 5 vectores) para indicar cualquier impulso.
- 8 fichas de posición.
- 32 fichas Punto Nitro.
- 32 fichas Punto Gomma.
- 8 curvas numeradas.
- 8 octógonos de coches básicos.
- 8 rectángulos de "marco".
- 1 vector de cuadrícula inicial.
- 6 fichas redondas.
- 1 pared de Pit-Lane.
- una hoja de cartón ligero con 8 Formula8.
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Configuración previa a gara
Uno de los elementos clave del juego es la construcción de los autos llamados Fórmula 8 o F8. Si como yo no estás familiarizado con este tipo de trabajo manual, no te preocupes, aunque el primer coche parezca ligeramente dañado, los siguientes seguro que serán mejores. En cualquier caso, montar tu F8 será fácil y divertido gracias a las guías y a las solapas fácilmente plegables. Es recomendable armarse de un pincel y cola vinílica pero también se pueden utilizar diferentes técnicas.
Para ayudarte a experimentar con diferentes formas de construir tu coche de carreras, hay una segunda hoja/troquel de coche.
¿Calles? Donde vamos no necesitamos caminos.
Lo primero que llama la atención de inmediato es la ausencia total de un tablero para jugar, en cuanto a Fórmula D o Rush & Bash, y esta es precisamente la peculiaridad de este título: Toda la mesa es nuestra zona de juego y gracias a las fichas curvas, numeradas para definir el orden en el que deben enfrentarse, podemos trazar el camino en el que competiremos.
Pero, ¿cómo te mueves?
Es precisamente aquí donde entran en juego los vectores-movimiento, 5 “tiles” de diferentes longitudes que indican la marcha en la que se encuentra nuestro coche y que nos permitirán dirigir los F8 durante la carrera. Tras la salida obligatoria en tercera, cada jugador, tras mover su coche, declara en qué marcha quiere afrontar el siguiente turno. Para ello, sin embargo, no tendrá que tomar medidas con los vectores sino que tendrá que evaluar a ojo cuál usar. Durante la carrera, será posible reducir o aumentar las marchas de forma gratuita en 1, mientras que para maniobras más particulares como frenadas bruscas, derrapes, resbalones en la estela y saltos o impulsos, se tendrán que aplicar los puntos de neumáticos y nitro adecuados. gastarse según convenga. Mediante su sistema octogonal cada vector nos proporcionará una elección de direcciones en las que posicionar nuestro coche siempre a 45° con respecto al vector. Para darle más adrenalina a la carrera está el sistema de Puerta e Ataques en la estela que nos permitirá poner en apuros al rival o superarlo al instante acortando la distancia entre los jugadores y creando así auténticos cabeza a cabeza en cada esquina. Naturalmente, ¡quien cruce la línea de meta primero gana!
Para el viaje de prueba, decidimos hacer un óvalo simple:
Amplio espacio para la Comunidad
Con pocos elementos clave y caracterizándose por un sistema que deja mucho espacio para la imaginación y la creatividad, a Vektorace no le falta una comunidad en continuo crecimiento, los Vektoriani, que cada día intercambian consejos e ideas sobre cómo perfeccionar su F8, sugieren nuevos Formas de jugar y compartir coches personalizados gracias a las plantillas que se pueden descargar desde el propio grupo. ¡Gracias a esta plataforma es posible organizar torneos o simplemente encontrar los pilotos más cercanos a ti! A continuación puede descargar el F8 de jugador.com.
¡Player.com oficial de F8!
En conclusión:
Vektorace es un proyecto que nos había intrigado desde el principio y que, una vez jugado, no defrauda en absoluto las expectativas. Tras el montaje de la Fórmula 8, el juego presenta un reglamento realmente fácil de explicar y asimilar, dejando mucho tiempo para tomar asiento entre amigos. Los excelentes materiales y la rejugabilidad prácticamente infinita lo convierten en el regalo definitivo para aquellos que buscan un juego de mesa divertido pero a la vez desafiante y nunca predecible.
Gracias a Spartaco Albertarelli y Kaleidos Games por darme la oportunidad de probar este juego.
